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Dades personals
29 de maig 2013
Buenas noches a todos!
Hace 29 días que no me paso por el blog. Bueno, he tardado más de lo que pensé en poder escribir en el blog y la verdad que ya tenía muchísimas ganas de hacerlo. Como todos sabréis (sino ahora lo sabréis) hubo un gran escritor llamado Gustavo Adolfo Bécquer, a algunos os sonará "Del salón en el ángulo oscuro, de su dueña tal vez olvidada..." o quizá "Volverán las oscuras golondrinas..." sí, exacto, este señor, fue un poeta (para mí el mejor de todos los tiempos). ¿Quién no ha escuchado nunca alguna rima de Bécquer? Por favor, ¡tiene más de 70! A lo que íbamos, estando yo aquí en medio de un paisaje natural que te atrapa, empecé a estudiar poemas, y (no fue por casualidad) encontré a Bécquer y leí sus rimas... Sin emargo, solo había dos. Yo quería más y las busqué. Ahora, no puedo parar de leerme cada día una rima, poesía absoluta, en mayúsculas ( y en minúsculas también, por qué no) el maestro de la poesía... Sí, lo confieso, me he enganchado a las rimas de Bécquer. Quizá de ahora en adelante ponga alguna que otra por aquí, y la comentaré, otros días, como hoy, mostraré un poema, acaba de nacer hace unos diez minutos, mimádlo.
Recóndito
Y por la noche cuchichean
individuos llenos de magia.
De magia y fantasía.
Fantasía que se escucha
de entre los chopos que se reflejan de plata
en un lago que susurra a sus oídos:
poesías.
Hilos de música danzante,
telarañas bailarinas que se mueven al compás
acariciadas por un aleteo invisible.
Alas de maestría,
alas de poesía.
Un lobo huye de la luna,
lejos de su lúgubre luz.
Dedos de duendes diabólicos
se deleitan con la dulzura
de una armoniosa voz.
Encerrado dentro de las copas verdes:
un viento amordazado cantando a la luna está.
Cantándole un leve poema.
Y por la noche cuchichean,
individuos llenos de magia,
de magia y fantasía:
fantasía hecha de poesía.
Y, como no, junto a este jovencísimo poema, un ya experimentado de Bécquer, ahí va la Rima III, mimádla pero, sobre todo, disfrutádla mucho, no tiene pérdida.
RIMA III
Sacudimiento extraño
que agita las ideas,
como huracán que empuja
las olas en tropel.
Murmullo que en el alma
se eleva y va creciendo
como volcán que sordo
anuncia que va a arder.
Deformes siluetas
de seres imposibles;
paisajes que aparecen
como al través de un tul.
Colores que fundiéndose
remedan en el aire
los átomos del iris
que nadan en la luz.
Ideas sin palabras,
palabras sin sentido;
cadencias que no tienen
ni ritmo ni compás.
Memorias y deseos
de cosas que no existen;
accesos de alegría,
impulsos de llorar.
Actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse;
sin riendas que le guíen,
caballo volador.
Locura que el espíritu
exalta y desfallece,
embriaguez divina
del genio creador...
Tal es la
inspiración.
Gigante voz que el caos
ordena en el cerebro
y entre las sombras hace
la luz aparecer.
Brillante rienda de oro
que poderosa enfrena
de la exaltada mente
el volador corcel.
Hilo de luz que en haces
los pensamientos ata;
sol que las nubes rompe
y toca en el zenít.
Inteligente mano
que en un collar de perlas
consigue las indóciles
palabras reunir.
Armonioso ritmo
que con cadencia y número
las fugitivas notas
encierra en el compás.
Cincel que el bloque muerde
la estatua modelando,
y la belleza plástica
añade a la ideal.
Atmósfera en que giran
con orden las ideas,
cual átomos que agrupa
recóndita atracción.
Raudal en cuyas ondas
su sed la fiebre apaga,
oasis que al espíritu
devuelve su vigor...
Tal es nuestra razón.
Con ambas siempre en lucha
y de ambas vencedor,
tan sólo al genio es dado
a un yugo atar las dos.
