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30 d’abr. 2017


Algunas veces me siento fuego en medio del mar, negro en un mundo vestido de blanco o blanco en un mundo de luto... Y es que hay veces en los que no me siento, me hago invisible para mí y para el resto de los mortales, me evaporo y me hago humo. Humo, que no se deja disipar por el viento, humo negro, espeso. Soy una sola, sin nadie a quién mirar, hablar o llorar.
¿Quién acurruca en sus manos a la lágrima temerosa de salir? ¿Quién acerca su llama a la oscura penumbra que envuelve con tenacidad? Y digo: ¿quién quiere deslizarse conmigo en aquella habitación de hielo olvidada?
A veces, simplemente, dejamos de ser, y son estos precisos momentos los que hay buscar para poder encontrarnos y encontrar lo que hemos perdido. Siempre, a todas horas, perdemos algo que se nos escapa sin poder alcanzar. Perseguimos sueños que se transforman al tocarlos… Perseguimos estelas que nadie deja a su paso. Perseguimos caminos que nos llevan a la incertidumbre absoluta.
¿Acaso perseguimos sólo ilusiones? ¿Acaso corremos en vano? ¿Vivimos para llegar a una meta intangible?
Preguntas, vivo preguntándome, respiro siempre con otra pregunta nueva a la que me gustaría llegar a encontrar una respuesta…

¡Preguntad! No temáis, no. En algún lugar, no muy lejos de aquí, hallaremos respuestas. Pero… ¿sabremos encontrar la correcta?
23 de gen. 2015
Bon dia!


Sí, segueixo sense tenir moltes ganes d'escriure, ho haig d'admetre. Però ja que he trobat un altre cop el text que havia perdut, m'he permés el detall d'allargar-lo una mica, res, dos pàragrafs. No us he desitjat ni bon any ni res, em sap greu, no he estat per aquí i amb els exàmens i competicions he deixat el blog fins a nova ordre, tot i això no vol dir que l'any hagi començat amb mal peu, tot el contrari, de moment va sobre rodes! Bon any a tots! El dia que em vingui la Paraula Viva de Joan Maragall, no dubtaré en utilitzar-la i a escriure immediatament al blog, no us fallaré! Però mentrestant, com tot a la vida, tinc unes prioritats i ara estic ficada en els estudis i la natació. Durant el temps lliure o m'adormo (tots estem un pèl cansats), o llegeixo, o dibuixo o em dedico a altres  entreteniments... Potser faré un repàs dels dibuixos per aquí el blog i li dono un altre toc de color perquè aquest color verd turquesa ha perdut una mica de brillantor pel que veig... Bé, nois les vacances de Nadal s'han acabat però crec que per Garlandes de Nadal mai és tard, de fet, mai és tard per escriure. 

--- 



La casa dels Torrens ocupava el primer i segon pis. Més amunt, al tercer pis, l'escala de marbre deixava el seu relleu a una escala de fusta poc treballada i que cruixia en caminar-hi. Es podia dir que els Torrens eren una de les famílies benestants de la ciutat. Dels pisos superiors, en Pau no en sabia res més que històries de fantasmes i llegendes que ell mateix s'havia inventat. En realitat, qui vivia allà dalt era un escriptor de mala fama que quasi mai ningú havia vist sortir més d'un cop per setmana d'aquella cova que tenia per vivenda. Els criats dels Torrens vivien en un annex, també al tercer pis i, en acabar la jornada, anaven tots a les seves respectives cambres. 

La porta principal de la residència dels Torrens era blanca, amb el pom i detalls d'or massís. Una catifa de color gos com fuig donava la benvinguda. En Pau va picar el timbre tot esperant una resposta que no va trigar gairebé ni un segon. El va obrir la Clarissa, una de les criades que tenien i que vivia, en efecte, al tercer. La dona d'uns quaranta anys i mig semblava un àngel caigut del cel. Aparentava uns deu anys menys i el seu somriure aclaparava totes les mirades, un somriure càlid i enlluernador. Havia tingut molts pretendents de jove i alguns contaven que encara ara hi havia homes joves que enviaven grans rams de flors amb targetes d'amor dirigides a aquella bellesa suprema. En Pau havia sentit a parlar que el seu home la tenia ben vigilada per por que la miressin massa estona, com si la poguessin malmetre en una sola mirada. Els dos eren criats del Torrens, l'home era el cuiner en cap i ella era la serventa que s'encargava de rebre les visites i de criar els dos nens, era en qui més confiaven perquè portava des dels 21 anys amb la família. En Pau li tenia un afecte quasi més gran que la seva pròpia mare, ella l'havia criat pràcticament sola perquè els seus pares tenien massa feina amb les festes dels seus socis i amics de la zona alta i perquè, més tard, van haver d'encarregar-se de buscar els doctors amb més reputació per curar l'extranya malaltia que la seva germana patia des dels cinc anys. Ningú el coneixia millor que ella i per això, quan el va veure tan trist, li va demanar si volia acompanyar-la a la cuina i fer una xocolata desfeta per animar-se.

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Sí, recordeu-ho, mai és tard per escriure, i sigueu comprensius, tampoc ho és per a mi, de tard. Penseu que el segon semestre tinc dues literatures que si anem a cinc llibres per literatura hauré de llegir-me deu llibres així que estaré gran part del temps lliure llegint, una manera molt bona d'aprofitar el temps. Si algú té alguna idea d'història o alguna cosa de la qual se'n pot escriure, endavant, tots els reptes són benvinguts!


Per cert, a la pàgina de dalt on diu Garlandes de Nadal s'hi pot trobar el text complet.

Fins un altre lectors! 

1 de des. 2014
Buenas noches compañeros,

Sé que me echabáis de menos. No justificaré mi ausencia, no. Tenéis que entender que uno no puede siempre hacerlo todo, que no siempre se tiene inspiración y/o ganas de escribir (llamádle como queráis), que a veces hay que priorizar el trabajo que hay que hacer y tomar decisiones, sí, he dejado el blog por unos días muy largos para poder centrarme en otras tareas, pensaba que podría hacerlo todo, pero no es así. 
Ando escasa de palabras, historias, poemas... A ver si algún día de estos aprovecho para salir a la montaña y pensar en esto, quién sabe, a lo mejor me viene esto que dicen de la inspiración.


Me llaman tranquilidad,
pero soy un cúmulo de murmullos y suaves sonidos.
Soy plácida, apaciguada,
pero a la vez desato tormentos y batallas.
Dicen que soy amiga del silencio,
pero de mí muy pocos saben mis amistades.

Soy como el aire al pasar por las hojas secas,
soy como la luz que mancha la hierba verde,
soy como el fuego que danza y el agua que fluye.

Soy esa hoja que cae, por el viento,
y poco a poco, se deja caer acunada por la brisa...

Soy esa gota que, veloz, corta las nubes
y finalmente se desvanece al acariciar su destino...

Soy esa piedra que, dando vuelcos, se desgasta
dejándose llevar por el río enfurecido...

Soy esa rama que, paulatinamente,
se deja envolver por un abrigo ígneo...

Soy...
Yo soy
este pequeño instante.



Ya véis que no estoy en mi mejor momento, me ha salido muy chapucero y he tardado más de diez minutos en escribirlo... Tengo la creatividad y la imaginación un poco flojas pero intentaré animarlas para que juntas podamos volver a crear.

Buenas noches.

23 de set. 2014
Buenas!

Ayer encontré la cuna de todos mis textos, mi libreta especial. Allí están todos los borradores de mis textos, del primero al último. Me entretuve un poco a leer algunos y me sorprendí. Sí, a lo mejor diréis que no tengo abuela pero algunos de ellos parecían escritos por un buen escritor - que no de los mejores-. Tuve que mirar si eran míos. Esto me hizo pensar que por qué no volvía a escribir igual que antes. Supongo que como mi profesor me animaba a escribir y me daba ideas y objetivos me salían sin parar textos realmente mejores que los que hacía antes. Fue una -digo una porque habrá más- de mis épocas de esplendor (sí, yo aquí me monto mi historia). El caso es que releerlas me armó de (¿valor?) letras, palabras e ideas que cada vez eran más palpables. Hasta que decidí volver, reencontrar mi yo escritor y dejar que fluyese 'esto' que a veces me pasa de escribir.

Además, esta decisión también viene marcada por mi amiga. El otro día estuve hablando con ella cuando de repente me dijo: Oye, ¿y cuándo vas a actualizar tu blog? Buena pregunta, muy buena. Le dije que pronto iba a regresar, porque menuda temporada he tenido con la escritura... Pero ya sabéis que aquí lo que importan son las historias que cuento, no mi historia. Que, por supuesto, también sabéis que si no tengo una buena historia no la publico (que casualidad... ¿estoy publicando ahora?) Y además, lleváis unos días sin una buena historia, ¿qué tal si escribo una que se me ocurrió ayer en clase? Allá voy, es de las improvizadas, pero os gustará.



El cielo gris se ha conjuntado perfectamente con el tono de la ciudad capital. En las calles ya no hay nadie, ya no. Sólo hay máquinas con gente, máquinas que llevan gente como a los perros, pero atados de las manos. Por ahí se escucha un: - ¡Uy, perdón! ¿Te he pisado? - Sí, ¿no ves que estoy hablando? Es una llamada importante, ¡Sal de en medio! ¿quieres? Y sin mirarse a los ojos siguen caminando. Las señales ya no son verticales, ahora se pintan en el suelo, para que la gente pueda percatarse antes de que un coche o una bicicleta los atropelle. Los semáforos en vez de ponerse verdes, rojos u amarillos, chillan desesperadamente, casi estremeciéndose de dolor: ¡ALTO! Vianantes... ¡ALTO! Entonces es cuando las personas, o lo que queda de ellas, se paran sin dejar de depender de su móviles, tablets, smartphones, auriculares... ¡Claro, la gente que escucha música al máximo, por mucho que los semáforos se esfuerzen no los escuchan! Pero no pasa nada, ellos se paran, como normativa el govierno ha puesto unos perros guía (antes para las personas con visibilidad reducida) que ayudan a los que van todo el día con un exceso de decibelios en las orejas a moverse dentro de la ciudad donde nadie descansa, nadie piensa (eso ya lo hacen las máquinas), una ciudad sin sueños. Los jardines, antes verdes y llenos de árboles y bancos para sentarse y leer o admirar el paisaje, han sido sustituidos por grandes torres de enchufes en donde la gente puede cargar sus cachivaces sin miedo a que se les apague en medio de su juego favorito o publicando una foto. El único inconveniente es que ahora la electricidad ha pasado a ser uno de los bienes más necesarios y, por lo tanto, uno de los que se pagan a precio de oro, igual que la sanidad y la educación. 

De la alimentación se sabe que hace unos años se tuvieron que inventar una comida molecular con lo que incluir los carbohidratos, las proteínas, las vitaminas y las grasas esenciales para que las personas pudiesen disminuir la enorme cantidad de comida que ingerían al día, así es cómo se acabó (salvo en algunas zonas protegidas) la comida propiamente dicha. Incluso han llegado a abrir museos donde la gente puede admirar alimentos gastronómicos como los macarrones (de la abuela, claro), los embutidos, los entrecots con una salsa llamada al roquefort (de un queso ya extinto), todo tipo de verduras (que algunos niños creían mortíferas antes de ser probadas bajo la atenta mirada de sus madres), frutas variopintas, líquidos con sabores a pollo, pescado o verduras con pasta -carbohidratos típicos- apodadas sopas y algun que otro plato típico de cada país, poco más. Las personas con sobrepeso, tuvieron que abandonar sus hamburguesas, patatas fritas y demás, para seguir un estricto régimen. 

Dicen algunos, que aún existen lugares dónde la gente se comunica vía oral, sin hacer uso de teléfonos o algo parecido, donde se hacen debates, se estudia y se leen libros para ampliar conocimientos y poder razonar. Donde en los parques hay árboles y los niños juegan a fútbol, al pilla-pilla o al escondite y no se quedan todo el día en casa con sus 'apps' y videojuegos. En estos extraños mundos a parte no están prohibidos ni los teléfonos, ni los móviles, ni las tablets, ni las televisones, ni los reproductores de música ni los videojuegos. Aun así están regulados de manera que éstos no se apoderen de las mentes de quiénes los usan. Allí, dicen ser felices. ¿Pero quién no puede ser feliz sin desbloquear el nivel mil del Candy Crush? ¿Quién no puede ser feliz pasándose días enteros sin dormir jugando al COD? ¿Quién no puede ser feliz sin ver el rostro de la gente mientras va por la calle y sin saludar a los conocidos? ¿Quién no puede ser feliz sin declararle su amor a alguien mediante whatsapp? No se sabe, así que muchos historiadores y curiosos se están empleando a fondo para intentar entender a aquellos seres diferentes a lo normal, que viven tan despreocupados de la batería del móbil o del ordenador, y que disfrutan saliendo de casa a caminar así porque sí, porque les apetece, que hace deporte regularmente y que duerme ocho horas seguidas sin levantarse en medio de la noche con la angustia de no haber dejado el móvil cargándose. ¿Puede que haya gente así?


Muy sarcásticamente,

Crivi.
1 de set. 2014
Termina el verano, acaban las vacaciones, tanto para mí como para mi Blog. 

Queridos lectores, seguidores, espontáneos que os dejáis caer por aquí (sin querervo queriendo), compañeros, amigos y amigas que me conocéis, aquí os dejo vuestra carta:

Me llamo Marta González Crivillers y nunca me he dirigido a vosotros al menos como esta vez. Me ha apetecido -ahora, pasada medianoche- hablaros, ecribiros, para reconocer que sin vosotros no tendría ningún motivo para enseñar lo que algún día pasó de ser un hobbie a ser una necesidad de enseñaros una parte de mí que poca gente conoce, porque a través de la escritura de una persona puedes adentrarte hasta sus más profundos sentimientos, pensamientos, ideales, gustos... Lo podéis saber casi todo. Es una forma de daros las gracias, una forma muy extraña, quizá sí. Me gusta el blog, ya os dije que por muy abandonado que estuviera yo lo cuidaría, yo lo haría crecer - y yo crezco con él- lo llenaría de historias y quién sabe de qué más: de habitaciones de hielo, de Navidad, de felicidad, de odio y de amor, de desesperación, de tristeza, de recuerdos (buenos y malos), de imágenes, mensajes y, sobre todo de palabras, palabras que solas no dicen nada, pero que si encuentras la combinación perfecta, puedes llegar a escribir lo que con palabras en el aire no se puede decir.
Por eso, amigos lectores, os agradezco que dediquéis tan solo un minuto para mirar mi blog, y toda una vida para disfrutar del resto.

Bienvenidos a una nueva era,

Os quiere,

MARTA. 
29 d’ag. 2014
S'acaba l'estiu, s'acaben les vacances, tant per a mi com pel Blog. El meu estimat Quelcom que em balla pel cap...

Estimats lectors, seguidors, espontanis que es deixen caure per aquí (sense voler o no), companys, companyes, amics i amigues que em coneixeu, aquí us deixo la vostra carta:

Sóc la Marta González Crivillers i mai m'he adreçat a vosaltres, almenys com aquest cop. M'ha vingut de gust -ara, passada la mitjanit- parlar-vos, escriure-us, per reconèixer que sense vosaltres, no tindria cap necessitat d'ensenyar el que algun dia va passar de ser un hobbie a ser una necessitat, per ensenyar-vos una part de mi que poca gent coneix, perquè a través de l'escriptura d'una persona, pots endinsar-te fins els seus més profunds racons, secrets, sentiments, pensaments, ideals, gustos... Ho podeu saber quasi tot. És una manera de donar-vos les gràcies, una manera ben estranya, potser sí. M'agrada el blog, ja us vaig dir que per molt abandonat que estigués, jo el cuidaria, jo el faria créixer -i jo creixo amb ell- l'ompliria d'històries i qui sap què més: d'habitacions de gel, de nadal, de felicitat, d'odi i d'amor, de desesperació, tristesa, records -bons i dolents- , d'imatges, de missatges i, sobretot, de paraules, que soles no volen dir res, però que si trobes la combinació perfecta, pots arribar a escriure allò que amb paraules a l'aire no pots dir. 
Per això, amics lectors, us agraeixo que dediqueu tan sols un minut a mirar el meu blog, i tota una vida per disfrutar de la resta.

Benvinguts a una nova era,

Us estima,

MARTA.
16 de jul. 2014

Hola,

Avui m'he despertat sobresaltada, amb la respiració agitada i amb llàgrimes als ulls. Dec haver somiat amb tu, però aquest cop no he vist els moments més alegres que vam passar tu i jo, he vist imatges que per més que vulgui segueixen recordant-me que ja no hi ets. La imatge que més em fa plorar és la teva a l'hospital, quan ja no quedava ni dos dies. Sóc forta, molt, però ja saps que hi ha moments en que no pots sobrepassar els sentiments més intensos. I encara em pregunto que per què va passar d'aquesta manera, per què no em va deixar la vida passar uns anys més amb tu, el perquè de tot plegat... Per sort eren dos quarts d'una, i ningú se n'ha adonat que plorava per tu, crec que encara necessito plorar-te, haig d'admetre que hi ha dies que et trobo a faltar més que d'altres, però poques vegades acabo plorant. No et pensis que és perquè no t'estimo, això és completament fals. Per molt que superis coses així hi ha dies que no pots evitar pensar-hi, he acceptat que no tornaràs, perquè és així, el que no acceptaré mai és que m'hagis deixat per sempre, perquè en mi i en totes saps que et recordem, i una persona no mor fins que no se la deixa de recordar, jo et recordo, la mama també, la Neus... T'estimem i et recordem com eres, sobretot per l'amor que ens vas professar i per la gran petjada que has deixat, tots et recordem. I vull que sàpigues que gràcies a tu, encara tinc més força per complir els meus somnis i els meus objectius, i et prometo que quan els assoleixi, miraré al cel i et diré: Papa, això va per tu. I per mi. I per tots. Ho diré amb llàgrimes als ulls, però aquest cop seran de felicitat.

Sempre teva,

Una andròmina que et troba a faltar. :)
19 de juny 2014
Aunque no lo parezca, yo no he abandonado el blog, solo he esperado a acabar exámenes para ver si todo iba para bien y parecía más relajado. Este blog tiene que remontar, al igual que lo voy a hacer yo.

¿Os paráis a pensar en los cambios que ha dado vuestra vida? ¿Son, estos cambios, para bien o para mal? ¿Os gusta la vida que tenéis? ¿Sois felices?

Yo sí, aun no estando en uno de mis mejores momentos, lo soy, porque conmigo estoy bien. Algunas veces, hay que dejar de pensar en los otros para estar con uno mismo, ser egoísta, en cierta medida, no es malo. Antes pensaba, tú, en su lugar ¿qué harías? ¿Qué harías si ves a tu amigo raro, o que le sucede algo? ¿No le dirías nada? Pues yo sí, aunque me hubiera reñido con él o ella, yo le ayudaría, no es realmente este el significado de "amigo"? ¿Hasta qué punto nos deja de importar alguien? ¿Cuando se separan nuestros caminos? ¿Cuando encontramos un "sustituto" o "alguien mejor"? ¿Le debemos una explicación del porque  de este cambio? 

Qué lio de preguntas. Vamos por pasos: 

¿Qué es la felicidad?
¿Ser feliz es estar bien contigo mismo? ¿O tambien es estar bien con los demás? ¿Es ver tus sueños realizarse o es perseguirlos aunque no los consigas? ¿Ser feliz es vivir la vida como tú quieres o como es moralmente correcto? ¿Ser feliz es casarse y tener hijos o quedarse soltero? ¿Ser feliz qué es? ¿Alguien lo sabe? ¿La felicidad se contagia o se la crea uno mismo? ¿Los ambientes perniciosos nos perjudican a la hora de serlo? Según mi madre, la felicidad se la crea uno mismo. Cada vez que le doy vueltas a este tema (como ahora) llego a la conclusión que la felicidad es un punto de vista -más o menos-  aparte de ser un sentimiento en sí. Puede que te toque vivir una vida difícil o puede que no lo sea tanto, pero si conseguimos cambiar nuestro modo de ver las cosas, llegaremos, algún día a ser felices. ¿Os ha pasado que algún día, estando solos os entra una oleada -de véte a saber tú de dónde- de felicidad? Como una aura, sí, suena místico, lo sé, pero a veces me pasa. En aquel momento, solo puedes sonreír, porque la felicidad se expresa por las emociones, ya sea llorando o riendo, es su lenguaje. Y, este lenguaje, se puede transmitir a los demás, con una mirada, unas sonrisa, un abrazo, una charla... Con eso puedo afirmar que, si se hace en el momento idóneo y con lo que cada uno necesita, esta felicidad se puede "contagiar". Y que mejor que contagiársela a los amigos.

¿Y los amigos qué son? 
¿Los eliges tú o te eligen ellos a ti? Creo que es una combinación de las dos, los amigos se encuentran, se juntan y, bastantes veces, se separan... Los caminos que vas eligiendo no son los mismos que van a escoger tus amigos, a no ser que -casualidades de la vida- sí. También puede darse el caso de volverse a reencontrar. Creo que, si la amistad es fuerte, puede perdurar siempre. Yo elegí un camino distinto al de mis amigos, sin embargo, los que han hecho mella en mí, siguen siendo mis amigos, estén donde estén. Pido perdón a algunos que quizá debería haberles hablado hace mucho tiempo y que ahora, al hablar de esto, vuelven en mis recuerdos. El distanciamiento no debe ser un obstáculo impenetrable.

Esto, no es más que la vida misma, un trozo pequeño, pero es la vida, llega un punto en el que vivir en el sueño de la infancia ya no es posible. Donde, al hacerte mayor, te dan una bofetada con la mano abierta para que aprendas de una vez qué es la vida. No es un juego de niños, pero jugar no está prohibido. No es un sueño (cuando sea mayor quiero ser...), es la realidad. Es la vida.


I pels que m'entengueu ara, haig d'anunciar que -possiblement- em presenti en alguns concursos literaris que he estat mirant per aquí, els textos, ja sabeu, no els podré penjar fins que s'acabi el concurs. Necessito trobar motivació per escriure, i què millor que un concurs. Evidentment no deixaré d'escriure els que tinc començats, i, ben aviat, ampliaré algun text, del meu propi cementiri dels escrits oblidats... 

Creo que por hoy es suficiente, sólo son reflexiones, nada más, en días como el de hoy, más vale la pena irse a dormir tranquila, 

Nanit! 19
30 d’abr. 2014
Pii, pii, piiiii....

- Lo estamos perdiendo, lo estamos perdiendo.

- Inyectémosle ilusión.
- Allá vamos.
- Inyectémosle pasión.
- Vale.
- Inyectémosle inspiración.
- Todo hecho.

- Esto tiene que funcionar, seguro.

- No surge efecto, doctor...

... Pi, pi, pi, pi

¡Hurra! ¡Lo hemos salvado!

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Hola, buenas noches, mi público fiel (si aún tengo),

Esto que acabáis de leer es pura dramatización acerca de los días que mi blog yacía tumbado debatiéndose entre la vida o la muerte, suerte que yo, tengo la solución a sus problemas, tengo la cura contra la ausencia de palabras. Ha renacido (como otras tantas veces) de entre sus cenizas, como el ave Fénix. Si no me acuerdo mal, el último día escribí Becquerianos Nocturnos, ¿no es así? Pues hoy no quiero escribir sobre esto, no me apetece. A ver, primero de todo tenéis que saber que LHDH tiene un problema, ahora mismo está siendo revisada por mí y otras personas para encontrar el problema que creo que tiene. Tengo muchas ganas de volver a escribirla. Ya como colmo, cada vez más sufro de la alergia de escribir -es primavera, y ya se sabe- y para fastidiarme más aún muchos días se me aparecen ante mis narizes mil formas de escribir LHDH y continuarla. ¡Si supiérais! ¡Me enerva no poder continuarla!

Dejando de lado a mi querida y amiga historia, hoy voy a crear una historia, relato pequeño...Llamádlo como queráis, pero lo voy a hacer improvisando, que es como más me gusta hacerlo.

El día se había despertado presagiando ya un día oscuro. Las aves volaban bajo, la densa niebla trepaba por los árboles teñiéndolos de color blanco grisáceo. Ni los pájaros más madrugadores se habían despertado y sus melodías yacían dormidas en sueños. 
Ella también se despertó moribunda de sus sueños, aún le asomaba una lágrima en los ojos de los bostezos cuando supo qué había ocurrido. Le llamaron a la habitación, no quiso abrir la puerta por miedo de que su burbuja de tranquilidad aparente explotara. Su fragilidad era tanta que no creía superar el miedo a quedarse sola. Había perdido a sus padres en una brutal pelea por un poco de dinero, solamente le quedaba un hermano cuyo corazón acababa de latir por última vez. Los servicios sociales llamaron una vez más a la habitación. Sabía que su vida había acabado en este momento, y supo que si los agentes llegaban a abrir la puerta, su oportunidad de escapar sería nula. Así que, sin pensárselo ni una vez, detonó el arma que le había dado su hermano días atrás. Ya con el cuerpo de la chica sin vida, los dos agentes no pudieron hacer nada más que llamar a la funeraria. 
Esa misma tarde, con la niebla aún deshaciéndose de las ramas de los árboles, dos cuerpos cuyos rostros mostraban, por fin, felicidad, eran enterrados en el cementerio local, de una pequeña aldea. Justo después de haber tapado el último agujero de tierra, la niebla se desvaneció dejando tras de si una claridad suprema. Finitos trazos de sol iban pintando cada una de las lápidas hasta iluminar lo que fue antes una familia: padres e hijos, juntos otra vez, descansaban eternamente.

¡Uf! De verdad que no pretendía hacer de mi retorno tan lúgubre comienzo, hasta a mí se me han puesto los pelos de punta... Escalofriante. Os prometo que enseguida que cambie algunas cosillas los escritos van a ser más amenos y tiernos, mis escritos van en función de mi estado de ánimo, así que ya véis, hoy es un día alegre (nótese la ironía).

Buenas noches, 

PD: sé que no os gustan este tipo de historias, pero es lo que me ha salido a estas horas.

Crivi.



13 de març 2014
Ya lo sé, me merezco un buen tirón de orejas.

Ya he contado cuántos días hace que no publico en mi blog, del veinte de enero hasta hoy, día trece de marzo, han trancurrido un mes y veinte días.

Ya habréis empezado a pensar que mi blog  no iba a pasar de sus dos añitos y (casi) medio que tiene...

Pues tengo que anunciaros que va a cumplir unos cuantos años más, pero no sin publicaciones mías. Seguiré escribiendo.

Y aquí estoy, después de tanto tiempo, voy a actualizarlo. He estado días y días pensado en escribir una entrada o 'algo' que hiciese reanudar el pulso de mi blog, pues parecía casi muerto... Así que, como buena 'escritora' (mediocre) que soy, me he puesto a leer bastante. Sin una buena base, me es imposible continuar algunos de mis escritos, y, habiéndome preparado, ya estoy al 80% de mi capacidad literaria. Como he leído más en catalán que en castellano, voy a hacer entradas en catalán, que ya toca. He visto que mis escritos en catalán estaban un poco faltos de sustancia, de interés y un poco de sal...

Bueno, ¿vamos allá no? He estado pensando cuál sería la entrada que más me gustaría hacer para reabrir el blog... Después de pensar mucho y darle vueltas hasta hastiarme, he decidido que voy a hacer una nueva entrega de Becquerianos Nocturnos. ¿Os esperábais LHDH? Quizá. Pero si os fijáis bien, en la página de LHDH ha aparecido un nuevo párrafo, pequeño, pero que sepáis que la historia va creciendo a vuestras espaldas (y vosotros sin enteraros).

Pero esperad, la entrega que hago hoy de Becquerianos Nocturnos es una de las que más me gusta, tendréis a nada menos que a la rima número I, sí, la 'primera' (aunque no sé si fue la primera que escribió). Si buscásemos una manera de definir lo que es la poesía, yo os podría responder con las palabras de Bécquer: La poesía es un 'himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma una aurora'. Aquí os dejo con la Rima:

RIMA I


Yo sé un himno gigante y extraño 
que anuncia en la noche del alma una aurora, 
y estas páginas son de ese himno 
cadencias que el aire dilata en las sombras. 

Yo quisiera escribirle, del hombre 
domando el rebelde, mezquino idioma, 
con palabras que fuesen a un tiempo 
suspiros y risas, colores y notas. 

Pero en vano es luchar, que no hay cifra 
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!, 
si, teniendo en mis manos las tuyas, 
pudiera, al oído, cantártelo a solas.



Comentaré. como siempre, un poco la rima. Buscándola en internet he visto algunos comentarios que me han llamado la atención por dos cosas. La primera, y quizá la que más me ha llamado la atención, es que o la gente solo la lee una vez y dice que 'es muy bonita' o 'está guai' y no se enteran de nada más o es que, sencillamente, no saben leer poesía. Señores, la poesía no solo se lee, también se tiene que sentir, entender y vivir. Es más, algunos comentaban incluso que era un poema bonito para dedicar a su amada, no digo que no, pero tengo una pequeña objeción acerca de ello: esta rima expresa la dificultad que tienen los poetas y, especialmente Bécquer, de expresar la poesía con palabras, pues, con las palabras, no es suficiente ya que 'en vano es luchar, que no hay cifra capaz de encerrarle', por lo tanto, aquí, la temática de la mujer como poesía en sí, no es la que más peso tiene, sino que es la temática de la poesía como concepto abstracto. La segunda cosa que me ha llamado la atención, fue un comentario (aunque fueron varios o casi todos) que superaba los límites aceptados por la RAE de faltas por palabra, no voy a citarlo, pero lo que ponía (si lo he podido leer bien, pues me sangraban los ojos de tantas faltas) era que le encantaba Bécquer y que solía leerlo. Normalmente, aunque puede haber casos (¿éste?), cuando uno lee, y además lee a alguien como Bécquer, va viendo cómo escribir bien, y si se lee mucho, muy pocas veces se pueden cometer errores tales como: acer, censación, ahi (que no es 'ahí' sino 'hay'), echo, ermoso... Se ve que las 'haches' al ser mudas ya ni se escriben. Como diría mi antiguo profesor de castellano, estos errores son un ¡Horror!
Bueno, he dicho que comentaría la rima, y ahí me tenéis, criticando a los pobres que han comentado la rima antes que yo... Aquí Bécquer se 'queja' de no poder expresar la poesía con palabras, que se quedan cortas. Pero qué deciros, yo opino que Bécquer fue y será para siempre, uno de los poetas que más bien a sabido expresar la poesía en palabras. Sé que suena todo muy filosófico, pero es que la literatura, con sus palabras y conceptos más abstractos, va de la mano con la filosofía, o esto creo yo.

Os dejo que tengo a 'Poeta en Nueva York' (que a lo mejor, bueno, rectifico, seguro que se pasará por el blog) ¡no os lo perdáis!

Buenas noches Lectores (si aún me leéis) :) ¡Conmigo váis!
20 de gen. 2014
Buenos noches, queridos lectores!

Deseo que vuestra entrada de año haya sido sino buena, espectacular. Si pese a haber intentado entrar en el año nuevo bien no lo habéis conseguido, tranquilos, como dicen: todo puede cambiar para bien. Esperemos que no sea hacia lo contrario.

El otro día, me encontré en una situación curiosa. Estábamos cenando con mis compañeros, cuando, de repente, me dieron un papel en blanco. Si me conocéis, dejarme un papel en blanco, para mí, significa lo mismo que dejarme con una persona a solas, es imposible no escribir ni hablar… A lo que iba, os estaréis preguntando qué había que hacer en aquel papel y lo mismo me preguntaba yo en aquel momento.  Mi entrenador se dirigió hacia nosotros y nos dijo lo que teníamos que escribir en aquel papel: diez objetivos, sueños, propósitos, promesas... que queríamos que dentro de unos años se cumpliesen. En mí, se despertaron unas enormes ganas de escribir aquello, porque tenía la impresión que si aquellos diez propósitos se cumplían, podría ser la persona más feliz del mundo, sentirme ‘realizada’ como se dice normalmente. ¿Qué cosas tenía que poner allí? No me voy a engañar, creo que para mí fue un gran reto saber qué era lo que realmente quería ver en mi persona de dentro de 20 años (para poner una fecha). Empecé a escribir enseguida, pues, tenía hace años, algunas de aquellos objetivos en  mente. Nos regalaron también una cajita de madera pequeñita, fue entonces cuando pensé que allí sería su guarida durante los próximos años, hasta que, un día, llena de curiosidad, encontrara aquel pequeño baúl (porque no, mi pequeño baúl de los recuerdos, aludiendo a la típica canción) dónde mis sueños o expectativas de cuando apenas era una chica de dieciocho años, resurgían de sus cenizas para convertirse en mi realidad, mi vida… o quizá no.

Lo primero que escribí fue: escribir un libro. Es algo que dicen que hay que hacer antes de morir, recordemos: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Pues yo, evidentemente, sin saber de la existencia de esta dicha, ya hacía años que me había propuesto este, llamémosle, reto, porque para mí lo es. Hace años que sueño con escribir y hace pocos que escribo, soy joven, pero tengo muchas ganas de escribir mucho más que un post, ir más allá de los relatos que cuento en mi blog, algo que me conmueva por dentro y me haga sentir realmente orgullosa de poder expresarme con tanta belleza y creatividad.

Mi segundo punto fue: visitar el Gran Cañón del Colorado. Y preguntaréis… ¿Menudo cambio, no? Bueno, yo creo que todo el mundo tiene un viaje pendiente, sea donde sea, tanto si es en el pequeño montículo de detrás de tu casa como si está en las antípodas. El mío viene desde pequeña también. Un día estaba viendo con mi padre uno de los documentales del famoso National Geographic ( sí, exacto, todos habéis visto alguno) sobre el Gran Cañón, y, no sé por qué me dije, yo allí, si puedo, quiero ir algún día, y sí, aún conservo las mismas ganas de ir, y el documental, también lo conservo. Quizá otro de estos viajes sería visitar Yellowstone, pero dejo en primer plano y total protagonismo al Gran Cañón, mi gran antojo y deseo.

El tercer punto, es un sueño que voy a pasar en segundo e incluso tercer plano, por ahora, hasta cuando llegue su momento, que llegará. Mi sueño es estudiar bellas artes algún día. Quizá no sea en un marco universitario (porque con la situación de ahora, lo dudo) pero si en un marco de ‘hobby’ personal. Hay gente que para mitigar sus horas de aburrimiento, lee, escucha música, hace manualidades, cose… en mi caso, y también desde hace muchísimos años, cuando me aburro, dibujo. Y precisamente en este año, más que en los otros, ha quedado muy olvidado, y no me gusta un pelo, en parte, la culpa la tiene el blog pero no me importa si es por algo que también me gusta.

Voy a aprovechar que ha salido el tema para hacer un pequeño inciso: a partir de ahora, cuando acabe todos los exámenes, voy a dedicarme, al menos dos meses, a dibujar un ‘proyecto’ (quién dice proyecto dice dibujo…) que tengo en mente, espero que os parezca bien. ¿Qué pasará con el blog? Pues nada, escribir es mucho más rápido para mí, quizá no escriba tanto, pero voy a seguir actualizándolo. A mi parecer, escritura y dibujo van de la mano.

Mi cuarto punto, y del cual tampoco voy a profundizar mucho, es ir a unos JJOO. Este sueño no se entiende si uno no practica algún deporte, yo, como nadadora que soy, quisiera ir a unos. Dentro de esta lista, y espero que los nadadores y deportistas me entendáis, este punto quizá no posee toda mi atención, no le quito importancia porque por algo está en la lista, pero sí considero otros ámbitos más prioritarios que éste. Aun así, dentro del ámbito deportivo, es mi gran sueño y mi gran objetivo, y evidentemente, el más importante.

El siguiente punto, el quinto, ya va más allá. Viene a ser un ‘proyecto’ que tengo en mente, y cuyo título voy a mantener en el anonimato. Hay algunas cosas que me las voy a guardar para mí.

El sexto, sí se puede mencionar porque ya ha salido. ¿Recordáis los que os habéis leído LHDH que prometí que leería los libros de mi padre? Pues sí, eso también es un asunto pendiente. Y como me encanta leer, quizá no vaya a tener ningún problema, en un futuro, para empezar a cumplir la promesa.

El séptimo es el punto que sería para mí, un aliciente más para acabar mis estudios. Obtener un doctorado en letras. A ver, este vendría a ser un: si todo va bien… si cuando sea mayor pueda… si tengo dinero (porque vale lo suyo)… Si cuando acabe la carrera veo que no se puede, tampoco voy a maldecir mi suerte ni mi vida, es algo que puede no suceder.


El octavo, el noveno y el décimo, son de ámbito más ‘profundo’, ‘sentimental’. El primero de ellos es una cuestión que siempre se me ha aparecido en mis pensamientos, como dice en mi blog: és quelcom que sempre m’ha ballat pel cap, lo siento, no tiene traducción literal, se trata de un impulso que tengo en querer ayudar a las personas que están solas, aunque sea escuchándolas y dándoles la compañía que tanto anhelan, añoran o que nunca han tenido. No querría yo quedarme sola sin nadie, NADIE. Eso incluye, amigos, familia, compañeros, conocidos… Creo que estas personas tienen mucho que contar, que desahogarse, que reír y llorar con alguien, porque por definición, los humanos somos empáticos. 

El noveno es una necesidad: Mantener los amigos de verdad (con ‘de verdad’ ya entenderéis a cuáles me refiero) durante toda la vida y a los de la infancia (que tengo a dos que quiero mucho) i, por qué no conocer a otros. Yo creo que esto no debería entrar en esta lista porque es algo evidente, pero me lo he querido apuntar porque la vida da unos giros muy inesperados y nunca uno puede saber dónde puede estar y cómo será su vida dentro de unos años.

Finalmente, mi número diez, y no el menos importante (porque la lista está un poco desordenada) es: Seguir cuidando a mi familia y darles o recompensarles de alguna manera lo que han hecho por mí. Siempre, aunque te falte de todo, o lo hayas perdido todo, o hayas hecho lo que hayas hecho, vas a tener a tu familia, que esté de tu lado o no, eso depende de ti, pero siempre va a ser tu familia, así que cuídala y mímala muchísimo porque ella lo da todo por ti, demuéstrale que la quieres. 

Bueno lectores,  espero que hayáis reflexionado sobre vuestros diez 'puntos' y que durante este mes, no me hayáis hechado mucho de menos, no os avisé, me fui a entrenar fuera de mi lugar habitual de entrenamiento y no hice nada, estoy con exámenes y no os avisé que no podría escribir, lo sé, lo siento... 

Buenas noches Chipirones!
7 de des. 2013
¡Buenas noches a todos!

Para los que, hace unos meses, no podíais entender CAOS, ahora no tenéis excusa así que leédlo. Yo me despido por hoy... (Si hay problemas de corrección y pequeños errores... se me deben de haber pasado. Ya los iré corrigiendo, lo prometo)


Caos.
P
or todas partes la gente corre y huye de la sombra que las bombas y los disparos crean a su alrededor. Niños, y niños que no son tan niños, se deshacen entre lágrimas porque no entienden lo que está pasando. Un grupo de personas asustadas busca refugio para no ser cazado por el lobo hambriento de la guerra. Entre las calles estrechas de la ciudad vislumbran un refugio y se lanzan hacia él. La nueva cometida de disparos hace caer, abatidos, a tres. Los otros, como si el viento los azotara, corren hasta el refugio dejando atrás a sus compañeros y las últimas fuerzas que les quedaban. Cierran la puerta antes de que llegue otra ráfaga que es lanzada con furia contra los resistentes. Durante cinco minutos infernales, un rojo encendido ocupa el cielo de la ciudad y las grandes ráfagas de disparos cortan el vacío silbando de rabia. Pasado un tiempo eternamente largo, la calma y el silencio se hacen dueños y señores de la ciudad, son las once de la noche y, por fin, un momento de relativa tranquilidad va desdibujándose lentamente. Dentro de las casas, silencio. Dentro de los refugios, también. Afuera, un hedor a sangre fresca y muerte acaricia las fachadas de las casas desnudas que enseñan sus entrañas.
E
n el refugio la gente no se conoce, nadie encuentra a su familia y los pocos que la conservan no se atreven a salir para rechazar a los falangistas. Pero las provisiones que hay en los refugios se están agotando demasiado rápido. Se miran todos aterrorizados y mientras van pasando los minutos como losas, lentamente, el grupo reducido de persones van cayendo en un sueño que no tardará en romperse.
U
n niño que no consigue dormir ni descansar sus cansados ​​músculos abre los ojos en medio de la penumbra de la estancia. Se levanta pausadamente del lugar donde estaba y va buscando a tientas las escaleras que dan a la calle. Sus dedos tocan el arrogante tacto del hierro oxidado del mango de la trampilla. Apoya la oreja en los tablones de madera húmeda e intenta captar ruido de disparos. Ni uno. Decide abrir la trampilla para salir al exterior pero el candado que protege la entrada del refugio le impide abrir. Forcejea con la puerta en vano y, finalmente, se dispone a dejar la inútil batalla entre él y el candado. Mientras baja las escaleras, vislumbra una silueta que debido al revuelo se ha desvelado. Es un hombre corpulento, de cara ancha y mentón prominente. Lo mira con recelo. El chico, sintiéndose atrapado, se disculpa de su ingenuo intento y se dirige de nuevo a su rincón donde vuelve a intentar soñar despierto.
E
l ruido estridente de la alarma despierta a todo el grupo de golpe. Fuera vuelve a estallar el escenario belicoso con más fuerza que antes. Una anciana comienza a llorar incansablemente, el hombre corpulento la abraza y ambos se funden consolándose mutuamente en un abrazo. Otro hombre, enjuto y con cara de pocos amigos, abre el candado para observar el panorama exterior. Los 'nacionales' se han escondido dos esquinas más allá pero el telón negro de la oscura noche los cubre. El niño, asustado, se lanza hacia la trampilla, la abre y sale corriendo. Su cara desfigurada de terror palidece de golpe y el cuerpo inerte del joven cae. Ni siquiera la otra gente del grupo ha tenido la oportunidad de escuchar la lluvia de plata que ha cosido el niño. El cuerpo queda en el suelo y la sangre brota como si de una fuente se tratara, la luna vela el joven sin vida1. La mujer que antes lloraba cae al suelo y se coge las manos y se las lleva a la cara mientras suelta un aullido a la medianoche como un lobo herido. Algunos lloran silenciosamente como si tuvieran miedo de perder una lágrima más, otros, miran fríamente la escena de la vieja. Sin embargo, hay otros que simplemente no hacen nada y se resignan a la suerte que la Guerra les ha dado.
H
an pasado treinta minutos desde que el niño ha muerto y una chica joven que ha conseguido reencontrarse con su enamorado siente que le ruge la tripa. Rápidamente todos se dan cuenta de que tienen un apetito voraz mientras, de fondo, se siente una orquesta de estómagos que piden comida. Algunos voluntarios se ofrecen para ir escaleras abajo al almacén y mirar si hay algunos víveres para poder comer. El hombre corpulento, seguido de dos más bajan.
U
na fuerte corriente de aire surge de entre la penumbra del refugio. A continuación, un penetrante olor a recluido y a humedad inundan toda la cámara. Casi no se puede respirar. Los tres hombres se disponen a bajar las escaleras en dirección al almacén. Palpan la barandilla de las escaleras y van guiándose hasta el último escalón, que culmina con un fuerte golpe de madera podrida. El hedor a humedad aún se hace más intenso y los hombres, avanzando a ciegas, llegan a una pared llena entapizada de hongos y musgo. El hombre corpulento les dice a los demás que busquen algún mueble o cualquier caja para mirar si contiene comida. Los tres hombres, por separado, van resiguiendo la sala. De repente, uno de los hombres topa con un armario. Lo palpa en busca de la puerta y toca algo pegajoso antes de abrir la cerradura. El objeto extraño cae al suelo con un ruido amortiguado por una almohada de musgo florido. El ruido hace erizar los pelos de punta a los tres hombres. Uno de ellos se acerca y se agacha para averiguar qué es lo que ha caído. Casi instantáneamente suelta el objeto que cae. otra vez, con un fuerte estridente roto en varios fragmentos. Los otros se preguntan el porqué de aquella extraña reacción, y cuando al fin comprenden lo que les dice el hombre, entienden que lo que había tocado era una calavera humana, una calavera reciente agujereada por la humedad y devorada por las ratas.
A
rriba, la espera se hace eterna y algunos ya no pueden aguantar mucho más. La mujer vieja que antes lloraba está quieta y no dice nada. El hombre Delgado se acerca sigilosamente hacia ella y da un paso atrás, asustado. El leve contacto gélido de la mano de la anciana le confirma que su débil pulso ha dejado de escucharse. Nadie más ha notado la ausencia de la vieja y el hombre vuelve a su sitio, vigilando la trampilla. Mientras tanto, afuera está a punto de estallar un nuevo día largo y duro....
U
n niño con su madre son perseguidos por los 'nacionales'. La madre tiene el hijo de la mano y corren escabulliéndose entre las calles laberínticas de la ciudad. Giran a la derecha para esquivar otro grupo de la represión que, al verlos, inicia su persecución contra los dos individuos. El niño no siente las piernas del daño que le hacen pero no se rinde. No obstante, la madre, débil y desnutrida, cae al suelo sin poder levantarse. El niño se detiene e intenta coger a la madre y llevársela fuera de peligro. El brillo del sol se refleja en el fusil. Un disparo. La madre ve como su hijo cae al suelo como un plomo. El agujero de la bala se deja ver a través del cráneo y antes de que la sangre comience a brotar el segundo disparo mata a la madre y los dos quedan tendidos en el suelo en medio de un mar rojo que ondea, en medio de la calle, brillante e incandescente por la luz del sol....
E
l nerviosismo se hace visible entre los tres hombres que, tras el duro encuentro con la calavera, se ha apoderado de ellos. Finalmente, uno mete la mano en el armario abierto y después de remover hasta el fondo saca cuatro manzanas medio podridas y las guarda. Vuelve a meter, esta vez las dos manos, y saca cinco más con una botella de un líquido que parece agua. Dentro del armario nada más, sólo restos de comida y alguna rata muerta. Mientras acaban de registrar la despensa, uno de los otros hombres encuentra un trozo de pan duro como una roca, dos trozos de embutido y algunas naranjas. Los tres hombres salen de la despensa y suben arriba, donde es todo el grupo, para poder racionar las pequeñas provisiones que les quedan.
C
uando suben las escaleras parece que un velo de un terrible silencio fúnebre cubra toda la cámara. Nadie habla, pero nadie duerme salvo el niño pequeño que se apoya en el pecho de su madre. Todo el mundo mira a ambos lados buscando de alguna manera ser invisibles dentro de este mundo, dejar desvanecerse como el polvo cuando sopla el viento. Un trueno los despierta a todos de golpe, el día ha comenzado con un nuevo intercambio de golpes y disparos, fuera rebeldes y fascistas se desatan en un duelo cruento y sanguinario. El niño pequeño comienza a llorar. Enseguida la madre le tapa la boca impidiendo que el niño emita ningún gemido más. Todos permanecen en silencio rezando para que los 'rojos ', que parecen estar muy cerca, no hayan oído el sollozo de la criatura. Pasados ​​los angustiosos minutos, los hombres racionan la comida dando prioridad a los jóvenes y ancianos. Cuando uno de ellos se acerca a la vieja, percibe que ya está en otro mundo y, cuidadosamente, coge el cuerpo y lo deja en un rincón apartado, le hace una seña en señal de oración y se olvida de él tal y como la guerra deja tras de sí rastros anónimos.
D
urante toda la tarde se han estado escuchando pistolas y fusiles que dejaban salir disparos cargados de dolor y rabia. Cuando finalmente parece que fuera hay una tregua, uno de los hombres decide montar un grupo para ir a buscar provisiones porque, de las que disponían,  algunas no se han podido aprovechar debido a su mal estado. El hombre pregunta al reducido grupo de gente quién quiere acompañarlo. Unas manos asustadas y dispersas surgen entre la oscuridad. El hombre corpulento, el delgado, otro de cuerpo atlético y el joven que tiene su amada a su lado, se ofrecen voluntarios para la peligrosa misión. La chica intenta convencer a su enamorado para que se quede con ella fuera de peligro, en el refugio. Llorando, la chica ve que en vano está intentando que se quede su amado y sin que sea visto, el chico suelta lágrimas de dolor, un dolor que le dice que será la última vez que vea a su novia. Decide acercársele, le da un beso, largo, cálido y lleno de amarga esperanza. Finalmente, el chico deshace el hechizo de aquel beso y lo sella para siempre en los labios de su amada húmedos por las lágrimas saladas que no paran de deslizarse por su cara .
L
os cuatro hombres se disponen a marchar cuando la medianoche cae sobre la ciudad, solo con la protección de un antiguo fusil i un revólver con cuatro balas que han podido reunir dentro del refugio.
E
n medio de la negra noche unos soldados fascistas ven salir un pequeño grupo de hombres de una trampilla del lado de una casa en ruinas. El grupo de fascistas se divide en dos, unos cuantos deciden seguir desde muy cerca a los individuos, que parece que van armados de armas pero también de miedo. Cinco se van del grupo sin vacilar y como las sombras de los propios cuatro hombres del refugio les siguen entre las calles de casas danzantes. Once hombres se quedan, para vigilar el refugio. Decidirán atacar al amanecer, cuando la ciudad y los resistentes apenas despierten adormecidos en medio de la niebla matutina.
E
l sol aún no ha salido y los once hombres, ya armados y preparados corren en dirección al supuesto refugio de donde salieron los cuatro hombres. Susurran palabras y órdenes inteligibles entre ellos. Al cabo de unas cuantas discusiones uno más joven, de unos diecinueve años coge un fusil de combate y apunta hacia la trampilla. Una ráfaga de disparos agujerea la trampilla dejando entrever una cámara en completa penumbra. Los soldados entran rápidamente dentro creando un escenario caótico.
L
os gritos del niño pequeño se oyen sonoramente entre todas las calles azotando el aire como una melodía infernal. Los tres hombres del refugio, atados de manos y pies, caminan hacia el refugio. Los cinco 'nacionales' los tienen inmovilizados para que no huyan corriendo. Tienen las caras desfiguradas por la intensa lucha que han tenido durante la noche con los cinco soldados. En falta uno, el hombre corpulento ya no está, un tiro le ha agujereado en el estómago y murió desangrado, en plena calle, en la noche más oscura de su vida. Caen lágrimas de resignación, resignación al saber que será el fin de su vida. Los tres hombres cada vez se acercan más a su final escrito en sangre.
D
entro del refugio los tiros y los llantos del niño despiertan a todos los refugiados de un salto. De repente, el caos se apodera de todo y los hombres, casi una docena, bajan por las escaleras y reducen el personal en un santiamén. Sólo quedaban dos mujeres, el niño pequeño y una pareja mayor, que no ofrecen gran resistencia a los soldados. Al cabo de unos minutos están todos atados de manos y pies, el niño ya no llora una bala de plata le ha hecho callar y su madre, aunque alterada, se encuentra en pleno estado de shock.
L

a luz deslumbra las pupilas acostumbradas a la oscuridad de los refugiados. Los rayos del Sol entran sin piedad en medio del día sereno iluminando la escena. Los refugiados están dispuestos en fila india. Los falangistas se acercan a ellos y les cubren la cabeza con un trozo de tela, impidiéndoles ver lo que sucederá. Los pasos del general hacen eco en toda la plaza. Decenas de soldados miran fríamente la escena. Unos susurros se escuchan en medio de la multitud. Un grito autoritario manda callar a todos los presentes. Levanta el dedo y siete centinelas se ponen a diez metros de los refugiados. Cogen los rifles, la mitad con temblor asustada, la otra mitad con una determinación que da miedo de verla reflejada en sus ojos. Un gesto, una mirada. Los dos enamorados se cogen la mano enlazando los dedos. El matrimonio grande intenta mirar, pero no ven nada más que una bolsa que les tapa la visión. Los otros lloran. La madre ya no tiene nada que perder e intenta parecer segura de sí misma en ese último instante. Otro gesto. Los gatillos se pulsan. Las balas salen en línea recta hacia su objetivo. Uno, dos, tres, cuatro... hasta siete cuerpos caen con un golpe seco en el suelo. Siete rostros aún calientes que miran con los ojos vacíos una esperanza que les ha fallado y se quedan allí en el suelo mientras los soldados se dispersan y se van, silbando, sin mirar el rastro de muerte que dejan tras de sí, cobardes de ver la auténtica atrocidad que han cometido. En medio de la plaza, las siete historias sin nombre. Las siete historias bajo un Sol de infierno.

Crivi :)